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60 años del histórico triunfo del Mini clásico en el Rally de Monte Carlo
Wed Jan 24 16:00:00 CET 2024 Comunicado de prensa
• En enero de 1964, el piloto Paddy Hopkirk convirtió al compacto británico en una leyenda del deporte motor con su victoria en la general del Rally de Monte Carlo. • Timo Mäkinen y Rauno Aaltonen repitieron la hazaña en 1965 y 1967.
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Gonzalo Di-Gregorio
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En estos días se celebra el 60 aniversario de uno de los éxitos más espectaculares en la historia del automovilismo internacional. Con el irlandés Patrick “Paddy” Hopkirk al volante, el Mini Cooper S ganó la clasificación general del Rally de Monte Carlo. ¿Felicidad? ¿Casualidad? ¿Un capricho del destino? Probablemente no, porque le siguieron dos victorias más en el Rally de Monte Carlo y muchos otros éxitos hasta finales de la década de 1960.
"La victoria de Paddy Hopkirk con el Mini Cooper S en 1964 marcó un punto de inflexión en la historia de Mini. Demostró que el Mini clásico no solo era un encantador coche de ciudad, sino también un coche exitoso en el deporte motor. Esta tradición y pasión por las carreras está en nuestro legado y todavía se puede sentir en nuestros modelos hoy en día. El automovilismo deportivo ha dado forma a Mini y siempre seguirá siendo una parte importante de nuestro ADN", manifiesta al respecto Stefanie Wurst, Jefa de MINI.
Un nuevo paradigma para los coches pequeños
A finales de la década de 1950, los grandes del rally corrían principalmente en vehículos voluminosos y lujosos. No obstante, durante esta época, Alec Issigonis, construyó el coche más moderno de su tiempo para la BMC (British Motor Corporation): el Mini clásico, que con motor transversal y tracción delantera debutó en 1959 y marcó el estándar para los coches pequeños, que siguen vigentes hoy en día.
64 años de la marca, 62 años de automovilismo deportivo
Con el involucramiento del prodigioso John Cooper, el primer Mini Cooper fue creado en 1960. Contaba con unos 55 caballos de fuerza en lugar de los 34 caballos de fuerza del Mini original de 1959. Ya en 1961, el Mini Cooper, que medía apenas tres metros de largo, puso de cabeza al mundo de la velocidad ya que estaba hecho a la medida para las rutas de rally de la época. Casi sin voladizos de carrocería aseguraba un comportamiento de conducción neutral hasta entonces desconocido. Y gracias a los modestos 650 kilos que pesaba un Mini para rally en ese entonces, la relación potencia-peso era bastante aceptable.
En mayo de 1962, el clásico Mini entró por primera vez en la lista de ganadores de un rally internacional. En el Rally Internacional de los Tulipanes, con un ruta que iba desde la municipalidad holandesa de Noordwijk hasta la Riviera Francesa y de vuelta, Pat Moss, hermana del cuatro veces subcampeón mundial y 16 veces ganador de Grandes Premios Stirling Moss, condujo el clásico Mini Cooper con el mejor cronómetro.
Velocistas finlandeses sobre hielo y virtuosos del freno con el pie izquierdo
También en 1962, el director deportivo de BMC, Stuart Turner, contrató a dos talentos de los bosques nórdicos junto al irlandés Paddy Hopkirk: Timo Mäkinen y Rauno Aaltonen. Estos talentosos finlandeses, verdaderos ases sobre el hielo y pioneros en el uso del pie izquierdo para el frenado deportivo, compartían el amor por la aceleración fuerte pero, no obstante, no podían ser más diferentes. Mäkinen no era un tipo de muchas palabras y pasó a la historia como el “El finlandés volador”. Aaltonen, por el contrario, habla cinco idiomas con fluidez y persiguió el automovilismo con meticulosidad científica, lo que más tard le valió el apodo de “El profesor del rally”.
Desde entonces, Mini comenzó a alcanzar las estrellas. El ingenioso principio básico del vehículo y los tres pilotos de primera categoría fueron pilares importantes del éxito. Al igual que la logística profesional desarrollada por Turner, que estableció nuevos estándares en términos de organización y fue el primer jefe de equipo en enviar espías de hielo a las etapas especiales. Por su parte, John Cooper continuó perfeccionando la cámara de combustión y produjo 90 hp en el modelo, ahora llamado Mini Cooper S después de la expansión de la cilindrada a 1071 cc para competir en la clase de 1100.
Detrás de cada éxito hay un arduo trabajo
Incluso en la década de 1960, no era fácil ganar el Rally de Monte Carlo sin preparación. En 1963, Rauno Aaltonen obtuvo su primera victoria de clase en el Monte. Y, sin embargo, el éxito en la clasificación general de 1964 fue una gran sorpresa para los competidores: 277 coches participaron en la 33ª edición del que probablemente sea el rally más famoso del mundo. No obstante, el meticuloso trabajo realizado y las condiciones climáticas con abundante hielo y nieve beneficiaron al Mini clásico. Y así, de la noche a la mañana, el vehículo menos favorito y temido no solo se convirtió en el favorito del público, sino también en una leyenda del deporte motor.
Hielo, nieve y 34 curvas cerradas a lo largo de 24 km
Fue la legendaria "Noche de los Cuchillos Largos", la penúltima etapa del rally, la que llevó al Mini Cooper S número #37 a la victoria en el invierno de 1964. Durante la prueba en el Col de Turini, se deben dominar 34 curvas cerradas a lo largo de 24 kilómetros, un verdadero desafío en la nieve y el hielo, que asciende hasta una altitud de 1.600 metros. Hopkirk llegó a la meta solo 17 segundos detrás de su rival más cercano, Bo Ljungfeldt, en el potente Ford Falcon con motor V8. Debido a la fórmula de hándicap vigente en ese momento para compensar las diferencias de peso y rendimiento, el Mini clásico quedaba al frente en la clasificación general, posición que luego defendió en el prime final disputado por las calles de Monte Carlo.
En el país de origen del Mini clásico, la victoria fue, por supuesto, celebrada con gran entusiasmo. Hopkirk recibió un telegrama de felicitación del gobierno británico y los Beatles estuvieron entre los primeros en felicitarlo. “Llegó una tarjeta autografiada de los Beatles”, recordó más tarde Hopkirk. La misma decía: “Ahora eres uno de nosotros, Paddy”. Así, Hopkirk se convirtió en un héroe del deporte motor de la noche a la mañana y en una suerte de quinto Beatle.
Una victoria puede ser suerte, una racha ganadora se logra con talento
El Mini clásico continuó dominando el Rally de Monte Carlo en los años siguientes. Timo Mäkinen ganó con una gran ventaja apenas un año después, ayudado por el aumento en el desplazamiento a 1275 centímetros cúbicos. A pesar de toneladas de nieve y hielo, Mäkinen y su Mini Cooper S no se impresionaron y ganaron cinco de las seis etapas especiales en la etapa final.
En 1966 llegó el que se suponía era el triunfo definitivo cuando los pilotos de Mini ocuparon los tres lugares del podio, pero la dirección de carrera descalificó a los tres vehículos por su tecnología de iluminación, que incluía los clásicos faros adicionales delante de la parrilla del radiador y supuestamente no seguía las normas del reglamento. Pero a pesar de la descalificación, aquella carrera contribuyó a resaltar el estatus legendario del Mini clásico. A partir de ese momento, Aaltonen, Mäkinen y Hopkirk fueron considerados los "Tres Mosqueteros" y las ventas del Mini se dispararon. Ya en 1967, Aaltonen logró la victoria en la general pero comenzó a vislumbrarse el final de una era. Al año siguiente, Vic Elford ganó en un Porsche 911 y Aaltonen salvó el honor del Mini clásico con un tercer lugar.
En 1970, el Grupo Leyland -propietario de Mini en esa época- se encontró con dificultades financieras y decidió terminar con aquel programa deportivo. A su vez, en julio de 1971 el último Mini Cooper S de aquella era salió de la línea de producción.
MINI sorprendió a todos de nuevo: sus éxitos en el Rally Dakar
Por supuesto, luego de la adquisición por parte del Grupo BMW, la competición y el nombre de John Cooper continúan desempeñando un papel importante. En 2011 y 2012, MINI retomó su historia en el automovilismo internacional con el John Cooper Works WRC en el Campeonato Mundial de Rally (WRC) de la FIA. A partir de 2012, el MINI ALL4 Racing, diseñado específicamente para raid, asumió un desafío especial: el Rally Dakar, la prueba de resistencia más dura para pilotos, vehículos y equipos. El rendimiento y la fiabilidad del MINI ALL4 Racing lo llevaron a lograr cuatro éxitos consecutivos en el Dakar de 2012 a 2015, que fueron seguidos por las victorias en 2020 y 2021.